Hoy en nuestra sociedad, el uso de esta herramienta no ha sido una excepción, es algo aprendido e incorporado por algunos especialistas, y es muy aplaudido secretamente tras los ceños decorados de sobriedad y pomposa "moralina".
En el caso de los especialistas, ¡ esos individuos sociales útiles para aquellos fines de nuestros lideres y representantes de lo divino!, hallamos diferentes perfiles según su estratificación socio-económica y cultural, pero con un "algo" definitivo como especie esencial (además de pasarlo bien y sobrevivir con el fruto de su trabajo), un apetito manifestado en una "antropo omnifagia", consiente o inconsciente que logramos observar en su actuar (decir y obrar), consideración que los hace muy especiales y los convoca a participar al servicio de los Lideres que salvaguardan los bienes sociales-culturales-económicos-espirituales, cuyo ejemplo y sabiduría otorgan a cada sujeto social lo que corresponde según su origen, dándoles la posibilidad de ser y existir según sus habilidades, empeño y competencias
A continuación, un extracto de su faena diaria, descripción básica del viejo arte que adquiere diversas facetas:
1. Se puede hallar el interrogador buena onda,
2. el directo y punzante que dice las cosas por su nombre,
3. el que pone el orden en la acción y acoge al detenido, etc.
Cada uno de ellos puede actuar esas y otras facetas durante el tiempo de la interrogación. Por ejemplo, puede colocarse de parte del acusado y reprochar a los otros interrogadores, pero al momento de obtener la información, desmentir su acción de búsqueda mediante la interrogación y negar rotundamente sus anteriores palabras, por motivos de ser "objetivo" y trasladar la culpa final al acusado por prestarse para la acción del profesional.
Claro nos queda la confusión, que como producto se prolonga dentro de la psíquis del sujeto interrogado y de la audiencia observadora, en la figura del ser trascendental que emerge de la composición del sujeto cultural que ejecuta dicha acción: la dependencia ante el proceso a modo de antro omnisofagia extendida al público, el deseo deseoso de más y más de ese oculto apetito que ya ha despertado. Edificando un rito de 24 horas, donde cada individuo social se va acoplando pese a no ser especialistas en la actividad. La necesidad ya creada purifica el culto a las necesidades individuales de los sujetos culturales, su prolongación generacional en los próximos años nos dará la razón.
¡ Qué mundo de sensaciones !
nota:
La lógica del procedimiento fue extraída de los Manuales
de la Escuela de las Américas y adaptado para está exposición.
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